Es más que habitual ver ambulancias en nuestro día a día. Bien mientras paseamos por la calle, cuando vamos conduciendo por la carretera o cuando tenemos que acudir a algún centro médico, como un hospital. Las ambulancias son parte de nuestro día a día. A veces irrumpen en nuestra rutina de forma estruendosa con sirenas y luces. Otras veces se mueven silenciosas camuflándose con el resto del paisaje urbano. Y a pesar de todas estas obviedades, ¿conoces de dónde vienen o cómo empezaron a utilizarse? Nosotros te lo contamos.
Erase una vez en Francia
Para conocer el origen de las ambulancias debemos trasladarnos en el espacio a Francia y en el tiempo al siglo XVIII. Exactamente a la batalla de del sitio de Maguncia (Julio de 1793). En plena revolución francesa había un médico llamado Dominique Jean Larrey (1766-1842). En aquellos tiempos, las bajas en los campos de batalla eran abrumadoras. No solo por la letalidad y brutalidad de las armas utilizadas, si no porque si caías herido en el campo de batalla tenías que esperar a que esta terminase y rezar para que tus aliados ganaran la batalla. Solo entonces, si te encontraban todavía con vida, podrías ser evacuado a un hospital dónde tratar tus heridas.
Esta situación como es obvio aumentaba la letalidad de las contiendas hasta números abrumadores. Es en este contexto en el que el joven Larrey se alista en el ejército imperial francés. Formado como médico y especializado como cirujano comprobó la espantosa forma de gestionar los servicios médicos, cuando estos se gestionaban de alguna forma, dentro del ejército. Queriendo buscar una solución a esto, estaba forjando sin saberlo, el origen de las ambulancias modernas.
Los primeros prototipos eran simplemente unos carros tirados por caballos dónde se intentaba que primara la comodidad del paciente. Para esto se colocaba un colchón de cuero sobre un sencillo sistema de rodillos que había en el suelo de la caja del carro. El carro se abría con doble puerta tanto por la parte frontal como por la trasera, esto sumado a los rodillos facilitaba la extracción del paciente del interior del carromato. Así mismo la caja era completamente cerrada y contaba con un par de ventanucos a ambos lados del mismo.
Fue con estos carros con los que se evacuó a los heridos de la batalla de Maguncia, que hemos comentado más arriba. Los resultados fueron impresionantes. Hasta el punto que alguno de los generales de dicha batalla afirmó que estás ambulancias habían ayudado «a salvar a muchos valientes defensores de nuestro país«. Otro de los generales que se quedó impresionado por estos carros fue el mismísimo Napoleón Bonaparte.
Las ambulancias y la campaña Napoleonica
Fue el propio Napoleón el que se llevó a Larrey y su sistema de ambulancias a la campaña de Egipto dónde demostró con creces la efectividad de las mismas, asombrando a todo el mundo con ellas. Se calcula que en muchas de las batallas de dicha campaña, las muertes podrían haber sido de incluso el doble de no haber contado con estas arcaicas ambulancias.
Tras la actuación de las 16 ambulancias que llevó para Egipto, Larrey. El propio general diría: «Vuestra obra es una de las más hermosas concepciones de nuestro siglo; ella sola servirá a vuestra reputación«. Y este es el origen de las actuales ambulancias que tan acostumbrados estamos a ver a día de hoy por nuestras ciudades.